POEMAS
Javier Vela
HOY NO DESTRUYE EL TIEMPO
Hoy no destruye el tiempo la memoria,
hoy no la desordena.
No amenaza la máquina, no arrasa
el grano de las mieses.
El alba reinará sin miedo a las tinieblas
y las flores serán inmarcesibles.
Hoy se puede adquirir la luz y el agua;
se puede amar y ser amado;
puede hablarse en voz alta.
Las fotos guardarán sus inscripciones
y evocarán recuerdos detallados.
Hoy Orfeo se casa con Eurídice
y la piensa mirar profundamente.
Hoy es un hoy distinto a todos los hoy,
este hoy es eterno, inamovible.
La palabra ha vencido
y las épocas lloran su derrota,
pues no se llevarán nunca mis versos.
IBIDEM
En el lecho de muerte en el que yaces
otrora yo te vi saltar encima;
si lo hubiera sabido, hermano mío...
...hubiéramos saltado aún más fuerte.
(Un arrebol intenso
tiñe la habitación.
El sol se apaga lento, se desgasta.)
Dormitas mortalmente.
El estertor complica tus palabras
débiles y ateridas.
(No me lloréis, ojos; sed valientes.)
Hermano, yo daré
de comer a tus pájaros;
la casa está ordenada;
el sauce del jardín sigue llorando.
METAMORFOSIS
Extiéndeme tu mano, mujer de mis escritos;
fundámonos sin miedo en el crisol del tiempo
hasta que el alba nueva corone la mañana.
Escapemos del mundo hacia otro mundo nuestro,
démosle fondo al pozo y contorno a los suspiros.
Como gotas de luz que caen de entre las nubes
amanezcamos juntos, sin noción del espacio;
vayamos hasta el mar a tamizar el agua
y a ser el agua misma que pasa y se reagrupa.
Transfórmate conmigo en un céfiro inquieto,
un viento encarcelado que a sus antojos huye
y a veces se inmiscuye entre los instrumentos
y deja de ser viento para ser melodía.
OCASO
Puente de luz que oscilas sobre el mar,
que tentador te meces con las olas
cuando envejece el día:
¿dónde terminas?
(¡Quién pudiera cruzar sobre el abismo
que sostiene tu cuerpo
en las horas confusas!)
Luz última, que besas a la orilla
con el destello blanco de la plata:
¿dónde te esconderás
cuando el azul te trague?
Ilustración: M. C. Escher