Dos poemas
Rafael Gómez Rivera
Muy lejos te creía... y has llegado.
Que estabas en camino buscándome incansable,
lo sé desde hace años, pero a distancia siempre
como si no existieras, y sólo fueses tú
la muerte que visita la casa de los otros.
Mas hoy desde el brocal del tiempo irrepetible,
te he visto ya acercándote a mi puerta:
los metros que te faltan aún para tocarme
los pierdo en un poema : levísimo cristal
que inútilmente intenta librarme de tu aliento.
8-I I-98
Las horas, dulcemente, al fin tan necesarias,
se van y nada puedo hacer por detenerlas.
Se asoma al horizonte el rostro de la muerte,
no un sol de amanecidas, no el tiempo inagotable
como se muestra al joven, sino el aviso terco
de que el candil se apaga.
Tenía que ser así,
más tarde o más temprano.
Y acepto, dulcemente,
que tuve mi ocasión, que se me va la vida,
y que es un vano intento asirse a cualquier tronco
que retrasara al menos mi curso hacia las sombras.
14-I-98