VERANO Y NIEBLA EN TARIFA

Félix Morales Prado

Fotografía: Gema Mate Delicado

Un cielo lechoso ha tachado el mar. Esas bocinas graves de los barcos que mugen como enormes peces perdidos en el Estrecho, podrían ser las llamadas del faro de la Punta de las Palomas, Polifemo ciego e impotente en este día.

Desde la orilla, me llegan los gritos de los juegos infantiles, dispersos y lejanos como pequeños puntos de colores.

El aire huele a brea. Una gaviota vuela a la deriva en la Playa de los Lances, sin saber lo que pasa, como las letras de mi historia.

Los bañistas, desteñidos, como dibujados a tinta china, toman este sol colado por una gasa y desaparecen, de vez en cuando, para zambullirse en la nada. ¿Será la muerte un gesto similar?

Hoy, más que nunca, parece Tarifa una frontera.

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