CARTA DEL FANTASMA DE LA GLORIETA A FÉLIX MORALES SANTOS

Fotografía: YCC, retocada con Photoshop por FMP

Como tú el aciago 8 de abril de 2013, inicio yo con este número especial, dedicado a los viajes y los paisajes, mi viaje de partida final.

Vine al mundo un poco más tarde de que llegaras tú. Y tú fuiste la razón de mi llegada. Ahora te has marchado. Ya no hay motivo para que yo siga aquí.

¿Qué es la vida sino un viaje? Todos viajamos. Al menos, 360 grados cada 24 horas en torno al eje de la tierra y los mismos en torno al sol a lo largo de 365 días cada año. Viajamos a la tienda para comprar el pan de cada día. Viajamos al fondo de nuestra imaginación. Hubo grandes viajeros de los que se cuenta que no llegaron a moverse de su ciudad de origen. Dicen, por ejemplo, las malas lenguas que Marco Polo nunca salió de Venecia y que su “Libro de las maravillas del mundo” lo escribió basándose en las historias que le contaban los comerciantes de especias y sedas que llegaban de Oriente a la ciudad de los canales. Otros, no dejaron de moverse de aquí para allá en toda su vida, obligados o por gusto, más cerca o más lejos. ¿Cómo olvidar a los incansables viajeros románticos? ¿Qué decir del Capitán Cook, de Robert Louis Stevenson, de Paul Gauguin, de Luis Cernuda? Alexandra David Neel se pateó el Tibet en busca de misteriosos arcanos. Cristóbal Colón se topó con América en su viaje hacia las Indias, David Livingstone se perdió por las selvas tras incontables expediciones.

Tú también fuiste viajero. Y al viaje definitivo te llevaste la experiencia de las auroras boreales, tus incursiones por Europa, tus visiones de Roma, Portugal, Irlanda, La Haya, Amsterdam, París, Bretaña, Copenhague… Tu viaje por la vida ha llegado a su fin. También el mío. ¿Y qué es la vida sino un paisaje, copia burda de aquel, luminoso y feliz, en el que tú ahora estás? Cuentan que, mientras que aquí la flor es hermosa, dura unos días y luego languidece y se seca, allí la Flor es eterna y resplandece siempre millones de veces más que las de aquí, con un brillo que nuestra pobre conciencia en la tierra no puede ni imaginar. Aquí existen sueños de paz, allí es la Paz; aquí se sueña la belleza, allí es la Belleza; aquí se sueña con la felicidad, allí es la verdadera Felicidad. Aquí se habla de la libertad, se la pretende; allí es la Libertad. Yo te imagino allí, te sé allí.

Asímismo, participaste algunas raras veces en las que lo conseguí tras muchos intentos, y con seudónimo, dada tu modestia, entre mis páginas. Una de ellas, hace mucho tiempo, con un pequeño cuento que, además de tener un tema relacionado, en cierto modo y curiosamente, con el viaje, no dejaba de tener algo de premonitorio. Si quieres recordarlo, aquí llevas el enlace:

 http://www.elfantasmadelaglorieta.es/fantasmasegundafase/16__carles_frexeire.htm

 

Los días pasan lentos y dolorosos con tu ausencia. Pero te ruego, querido Félix, que las lágrimas que derramamos por ti no te dañen. Los seres humanos, tú lo sabes bien, no pueden evitar llorar. Fuiste luz para muchos, aunque tú no lo supieras, cuando estabas aquí. Si puedes, sigue siéndolo desde allí. Antes o después, los que te añoran se reunirán contigo. Y sus lágrimas de dolor de ahora se convertirán en sonrisas y lágrimas de gozo. Hasta entonces, habitarás, además de en ese plano beatífico en el que estás, en todos sus corazones. También en el mío. Porque, aunque yo sólo sea una invención que tu padre dio a luz para poder cuidarte mejor, también soy tu hermano de alguna manera. Alívianos a todos, por favor, con la bondad que siempre te fue propia. Tú sabrás cómo, porque ya estás en el único sitio real y lúcido.

Sin más, a tu memoria está dedicada esta mi última aparición. Con todo mi amor.

 

SUMARIO

DISTRIBUIDOR

PORTADA

INICIO