La experimentación artística de principios del S.XX no tenía como bandera la producción del arte tradicional, sino la renovación constante del arte. La meta era el cambio. El arte se va transformando con el tiempo por elevación siendo cada vez más analítico, llegando a cuestionar la idea de la forma hasta el punto de poder prescindir de ella como elemento figurativo. El arte se dirige directamente a la inteligencia, a los sentidos o al espíritu.

Aunque los creadores han tenido siempre la misión implícita de expresar ideas, mitos, historias y el sentir de sus comunidades, entre las tendencias del arte en occidente, el modernismo, como gran movimiento de ideas, se apartó de planteos tribales, para proclamar la autonomía y universalidad del arte. El arte abstracto, tendencia decisiva en el arte del S.XX, y aún otras actitudes de las artes plásticas, un poco más cercanas a la representación, constituyeron una fuerza mayoritaria en la que más que identificar una procedencia cultural se buscaba el reconocimiento individual del creador.

El término arte deriva del latín "ars", que significa habilidad en una determinada especialización, hasta adquirir el carácter de poder producir "piezas únicas" que son capaces de transmitir una belleza al espíritu o a los sentidos. Sin embargo, actualmente el mismo término se asocia con el talento creador, ya sea este musical, literario, plástico, visual, etc.

El arte moderno trata de provocar una experiencia que puede ser de orden estético, pero también participativo. Por ejemplo, muchos obras no tendrían sentido sin la intervención del espectador,...y hasta que la chispa de la comunicación entre ambos no se produce, la obra puede quedar en el más absoluto anonimato. Esta afirmación que podría aplicarse de una forma generalizada en los diferentes géneros artísticos, adquiere un rango supremo y fundamental en el caso de la poesía visual.

El arte ya no es sólo bello por lo que representa sino por lo que es en sí mismo. No sólo se puede eliminar toda referencia a la realidad, sino también el título, el soporte y toda estructura previamente catalogada según los cánones clásicos, puede ser cuestionada, cambiada o eliminada. Y es dentro de este espíritu anti-academicista y en clara pugna con los valores tradicionales, como en la década de los 60 un nuevo género artístico proclama su independencia y se manifiesta con personalidad propia. Pero el camino ha sido largo hasta el punto de que Rafael de Cozar (1) ya nos documenta sobre la existencia de poemas visuales en el S. IV a.C. Por lo tanto no debemos ser pretenciosos a la hora de celebrar como algo reciente este género artístico.

Su proceso recuerda en algún sentido, salvando las distancias, a la trayectoria del Mail Art (no en vano el MA es una cantera de poetas visuales). La correspondencia artística nace desde el momento en que un artista-creativo desea comunicarse y hacerlo con un lenguaje propio intercambiando mensajes que buscan impactar en la retina del receptor proporcionándole nuevas claves de comunicación, y esto ya pudo suceder en tiempo de los asirios o los egipcios. Sin embargo, hasta la década de los 60 y en el S. XX el mail art no adquiere la dimensión actual como "actitud" dentro del arte, en un proceso que inicia Ray Jonson con su conocido "copy and pass" y que culmina con unas reglas internas no escritas pero si aceptadas explícitamente de no comercialización, no selección, no censura. Se trataba de una postura dentro del arte que rompía con todos los esquemas de mitificación y entronamiento del artista para dar paso a la potencialización de la creatividad como característica innata de todo ser humano. Y de la misma manera que el mail art debe buscar sus fuentes inmediatas en el dadaísmo y el futurismo, la poesía visual las encuentra en el creacionismo y el letrismo entre otras.

Fernando Millán (2) sitúa el inicio de la PV en España como género artístico autónomo en 1965. En un contexto en el que la experimentación y la crítica social pugnaban en este periodo de posguerra y autoritarismo acentuado por expresarse con formas conceptuales y simbólicas. Se citan a determinadas figuras como precursoras e impulsoras del nuevo género, y entre ellas a Julio Campal, Angel Crespo, Joan Brossa, Guillem Didadot, Felipe Bosso, López Gradolí, Fernando Millán y los colectivos ZAJ y N.O.

En un periodo de transición encontramos figuras emblemáticas como Angela Serna, Felipe Muriel, Xavier Canals, J.M. Calleja, Juan López de Ael, Gustavo Vega, Pablo del Barco, Ibirico, Nel Amaro, Jose Luis Campal, Antonio Gómez, Chema Madoz, Bartolomé Ferrando, ... por citar algunos que destacan por su carácter polifacético y su relación con otros movimientos como el body art, video art o formas artísticas como el happening, las acciones plásticas o las performances. Y de esta amalgama multidisciplinar nacen corrientes que derivan en poemas-objetos, poesía sonora, poesía de acción, poemas caligráficos.

En plena era cibernética la poesía visual queda definida como un género discursivo-icónico o icónico-discursivo, tal y como lo plantea Blanca Millán (3), es decir, un género que conjuga la plástica y la literatura dentro de una escritura sin discurso. Pero las definiciones absolutas no son válidas pues no son fáciles de marcar los límites "interartísticos". Existen dos casos de poetas visuales que para mí son paradigmáticos. Guillermo Marín y Manuel Calvarro. Ambos son creativos puros. Para ellos es imposible limitarse a ningún esquema previamente definido. Ambos son excelentes poetas visuales, pero planean y sobrevuelan el poema visual sin poder detenerse en este género ni en ningún otro. La creatividad para ellos es un fuerza incontrolable que no admite límites y, sin embargo, repito, son excelentes poetas visuales.

Resulta indudable que la PV nace con un espíritu universal y, en consecuencia, sobran las definiciones. Para entender la PV no hay mejor fórmula que ver PV. Pero como a veces las palabras son necesarias para saber del sentimiento del poeta o llegar a la trastienda del poema, recojo algunos fragmentos de la edición realizada por" Phayum ", dirigida por por José Carlos Beltrán y Mª Jesús Montía, "Poéticas Visuales" (4). En esta edición se pedía que fueran los poetas visuales los que trataran de definir la poesía visual:

...//...La poesía visual es algo más que poesía, debe predominar el componente visual pero no se puede limitar unicamente a lo visual, es algo que se entrecruza dando lugar a algo nuevo.

...//...Un lugar complejo y ambiguo donde se unen las palabras y las formas. Lenguaje mestizo, lenguaje experimental. Buscador de ecos poéticos como si la forma estuviera llena de contenidos que no supiéramos encontrar.

...//...Es importante la colaboración del espectador que dará sentido a la obra o anule todo sentido.

...//...Brossa me "abrió los ojos" y los sentidos todos. A continuación "todo" es para mi poesía visual.

...//...El espejo de todo cuanto soy

...//...La poesía visual tiene la dimensión de lo infinito: poesía que viéndose sin mirar se mira sin el deseo intermediario del ver.

...//...Lo importante es la idea. El poema reside en la exploración de las ideas.

...//...En resumén y abreviando: poesía visual es la sensación que tiene una persona de raza blanca y otra de raza negra cuando se ponen una frente a la otra: el negro se cree blanco y el blanco se cree negro.

...//...O te vale o no te vale, pero no razones. No lo intentes.

...//...Transformación del símbolo-signo en un alfabeto permeable para ser leido en la unidad conjunta cerebro-corazón.

...//...Es el silencio del verbo que no se expresa con palabras

...//...La poesía ya no se lee se ve, sustituyendo el ritmo musical por el visual.

...//...La poesía visual intenta expresar ese momento mágico donde dos formas o más de expresión se funden.

...//... El poema visual no es una facultad de la palabra sino de la retina

...//...El relámpago instantáneo es la esencia de la poesía visual

...Es el arte de desvelar la poesía en las cosas y hacerla plásticamente patente.

...//...Poesía visual es jugar a ser Dios.

...//...Eso que tanto me gusta

...//...Entiendo la creación poética como una práctica destinada a reflexionar sobre lo invisible real desde lo visible ideal construido.

...//...Sin palabras. Hablar con los ojos.

...//...Creación poética basada en recursos visuales

En estos fragmentos se aprecia la dificultad para transformar en palabras los sentimientos y la emociones del poeta y es por ello que nos ha parecido interesante recurrir a los fragmentos de otro poeta visual, Guillermo Marín (5), quién nos dejo algunas de estas greguerías a la poesía visual en su "Cante a las 40":

La Poesía visual es:

...un remedio contra la imbecilidad

...la virtud de una imagen

...la sinfonía de un segundo que se oye durante toda una vida

...la música de un grito con eco

...cuando a la belleza le sobran las palabras

...imagen que le atrapa la música al verso

...la radiografía de una emoción

...un soporte para las metáforas

...es un poema disfrazado

...una paradoja lírica de lo visible

A través de estas greguerías a la PV expresa el fuerte sentimiento emotivo que le provoca el acto creativo de la gestación del poema. Nos ha parecido interesante por su carácter directo apenas tamizado por la razón. Son definiciones espontáneas, ensoñadoras y mágicas... que nos sirven para evitar definir lo que seguramente es indefinible y que Angela Serna (6) sitúa dentro de un terreno alternativo en un lugar del mestizaje expresivo: arte fronterizo mezcla de campos expresivos a la búsqueda de un lenguaje universal.

(1) – Rafael de Cózar / "Poesía e imagen. Formas difíciles de Ingenio Literario". Ed. El Carro de la Nieve. Sevilla 1991

(2) – Fernando Millán/ "Poesía visual y experimentación en España (1965-1997): de la vanguardia al territorio conceptual". Revista Texturas, Nº8, 1998

(3) – Blanca Millán/ " Poesía Visual en España" Ed. Información y Producciones. Madrid 1999

(4) – Phayum/ "Poéticas visuales". Ed. Grupo Poético Espinela de Benicarló. 2000

(5) – Guillermo Marín/ "El Cante a las 40. Greguerías a la Poesía Visual". Ed. Laboratorio di Cromografía. Milán. 2001

(6) – Angela Serna/ Poesía española ante el nuevo milenio. Ed. Arteragin, Castellón 1998.