POEMAS
de
Marta Fernández
Veo el tendido eléctrico.
Dejo a los ojos investigar en ese trazo azabache
que delinea un entramado de cables, proyectarse
alrededor de la ciudad
y llego desde él hasta el mar;
-piélago azulado donde sanear todas las dificultades-
y consigo abrir una brecha en medio de esa masa de agua
y realizo la inmersión lo más aprisa posible
aproximándome siniestramente
a lo más hondo.
Veo una congregación de animales acuáticos acercarse
sostenidos en asimétrico orden,
noto como me miran curiosos,
pero no tengo branquias, soy un mortal;
todavía....!
Y cuando a mis pulmones ya sólo puede llegar
el último aliento
inicio el ascenso a la superficie.
Vuelco todas las energías en mantenerme a flote;
no dejar que el desánimo robe esta coyuntura.
Y veo otra vez las aves de paso dirigirse veloces
hacia ignotos territorios
en los que probablemente nunca estaré.
Veo el tendido eléctrico
como un descomunal haz fibroso alineado.
Veo a los pájaros encaramados a él
contemplar hipnotizados el crepúsculo vespertino.
Veo a la ciudad y sus ruidos enmudecer
y el espacio aéreo alumbrar los primeros astros.
Amarillo vierte el cielo en los ojos del gato que
atento lo observa.
Desde mi casa desalojo pensamientos que anteriormente
ordené construir.
Despacio vuelvo sobre los pasos ya dados,
la estrella del norte vigila todos los movimientos;
no hay olvido.
Fuegos artificiales incendiando el espacio de los sueños.
Cielo líquido desnudando las paredes de mi encierro.
Anómala climatología que desentierra el hacha de guerra.
Viento mistral que nada deja en su sitio cuando sopla.
Viajando al interior de un agujero negro
para tomar el enlace que nos vinculará hacia
un desconocido universo, y dejar atrás, aplacadas,
las barreras terrestres que frenan la velocidad de
las cosas.
Amarillo saturándolo todo antes de la tormenta.
Tu sonrisa de Ícaro domiciliándose dentro de mi.
Fuego áureo inflamando el temporal todavía improbable
como un delicioso demonio de ojos rojos.
A
solas, las olas...........silbando.
Saltando serpenteantes.
Sorteando sorprendentes saltos
salpicados de silencio.
Oscuras noches del alma.
Obedientes;
desobedientemente custodiadas.
Oscura la luna enviándome su luz.
Librando a solas este encuentro
sin nadie.
Sin lugares,
sin adverbios;
sin adversarios........
Y,
sin embargo, desplazándome
¿VELOZ?
al centro de la Diana.
¡Ya voy; ya voy llegando!
A
Solas.........
Y a cada rato
doy un salto:
me desato.
¡Mírate;mírame!.
Ilustrando al mensajero que incubó el inconsciente
en no sé que extraña ecuación.
Señales lanzadas con arco y flecha,
disparadas a la certeza del momento.
Mensajes en una botella, a la deriva de este
eléctrico océano hasta llegar a tocar
la otra orilla.
Dejándonos llevar.............a través de la onda
que va y viene para volverse
a ir........
Agitando este singular cóctel,
pócima encantada del color del arco iris.
Agitándonos en esta nada inmensa;
intensa emoción
.........Agitándonos.