JOSÉ LUNA BORGE

 

 

 

VIEJO CAFÉ

 

Teníamos largas conversaciones

en un viejo café, limpio y discreto,

al que algunas tardes acudíamos

jóvenes, sin monedas ni tristeza.

El joven sol de abril me hace volver

a aquellos días lentos y lejanos

en que la vida nos era propicia.

Y, sin embargo, allí estaba el final

oscuro y escondido entre caricias

y el tiempo que fue nuestro se marchaba

de las manos con súbita dulzura.

Guarda el recuerdo la imagen nítida

de aquel café. Como un daguerrotipo

antiguo, no velado, al que los ojos

vuelven cuando es de noche y hace frío.

 

 

[De Las buenas costumbres]

 

 

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