El río rojo

Julia Otxoa

Era una niña y no repararon en mí,
cuando todo empezó
me fui asustada a la otra orilla
junto al granado,desde allí ví como hombres disfrazados
rompían los tambores, las flautas,
y los violines sobre sus rodillas,

uno de ellos reía tan salvajemente
que comencé a sangrar por el oído izquierdo,
luego una vez destruídos todos los instrumentos
comenzaron con las partituras y los músicos.

En un momento debí de perder el conocimiento,
mi sangre tiñó el río del color del granado.
Más tarde cuando desperté,
toda la ciudad había sido reducida al silencio,
y yo me había convertido
en el río rojo que había visto morir a la música.

 

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