SIMETRÍA DEL SILENCIO
(selección)
Mariana Bernárdez
Y luego
■
Silencio meciéndose en el irrumpir del sol. La quietud se atempera. La silueta de los volcanes en ausente cordillera corona una ciudad destronada. He aquí la inmundicia que se arrodilla en mueca contorsionando sus caderas, el ritual de la fealdad que cautiva al incauto, anverso de una gloria prodigada en una llanura de nubes:
●
Poco habré de escribir porque el lenguaje se me agosta para expresar lo vivido. Se despedaza irreverente tartamudea y rueda por los peldaños de una epifanía equívoca.
¿Cuántas veces deletrear “caricia” y tachar su silabeo por reparo a evidenciar la ranura y la pesadumbre al haber desarticulado la completitud de su complejidad?
Así cuando me señalas que “corazón” o “hermoso” son vocablos de peligrosa enunciación creo que deberíamos excluir esa vulnerabilidad del dominio de la razón. ¿Has leído en Derrida el término “hermoso”?
Apología desatinada de la intensidad que bordea la mudanza y el percutir insistente -que semeja un llamado más que un reiterar- Tal vez sea mejor derruirse y admitir la torpeza o el arrojo peor es ignorar lo insalvable…
|
|