Descubrimiento en hot… mail

 

María Eugenia Rodríguez

 

maru_rodriguez@hotmail.com

 

 

 

www.hot

 

...

 

www.hotmail.com

 

...

 

Juana prendió la computadora y empezaba a chequear sus mails cuando de repente sintió que se le aflojaban los intestinos: su novio Diego había estado mirando páginas pornográficas y direcciones de hoteles alojamiento que salían, todas, una atrás de la otra, cuando se escribía la primera parte de la dirección de mail más popular, www.hot...

 

Diego se acababa de mudar al monoambiente de ella. De hecho, esa era la primera noche que dormían juntos en Buenos Aires.

 

-Diego, ¿me podés decir qué mierda es esto?

-¿Qué cosa?

-Estuviste mirando putas por Internet. Y hoteles. ¿Me vas a explicar? --Juana empezaba a gritar. Para colmo, recién se había dado cuenta de que Diego había estado solo el día anterior: ella había viajado a Azul, a la casa de sus padres.

-Estuviste mirando lo que hago en Internet.

-No, quise chequear mis mails y cuando puse "hot" antes de "mail" salieron un montón de páginas de putas. Y de hoteles. Y ahora que me avivo, vos ayer estuviste solo. No lo puedo creer: te acabás de mudar conmigo. Sos un hijo de puta.

-¿De dónde sacaste eso? ¿Y por qué deducís que las miré ayer?

-Eso no lo sé, lo sospecho. Pero me fijo ahora mismo.

-No, no te fijás. Juana, tenés que confiar en mí. Estaba al pedo y sí, me puse a mirar esas páginas. Pero nada más. Ahora tenés que confiar en mí. Sino estamos cagados.

 

Dos horas después se habían puesto de acuerdo: Juana no constataría el día y horario en el que Diego había navegado en Internet.

 

Al día siguiente, apenas amaneció de su primera noche en pareja, Juana prendió la computadora.

 

-Sos un hijo de puta, Diego.

-Te fijaste el día y la fecha, ¿no?

-...

-Qué pedazo de zorra. Me habías prometido que no te ibas a fijar.

-Borrego de mierda, encima que andás con putas te ofendés.

 

Las dos horas siguientes fueron más o menos repeticiones de esa última frase.

 

Juana se fue al kiosco a comprar cigarrillos y se largó a llorar. Fue al banco a sacar plata del cajero automático y se largó a llorar. Apretó el botón del ascensor para subir al monoambiente y se largó a llorar. Caminó por el pasillo, abrió la puerta del departamento. Y paró de llorar.

 

-¿Qué vamos a hacer con esto, Diego? Nos acabamos de mudar juntos.

-Tenés que olvidarte y confiar en mí. Todos los hombres a veces hacemos esas boludeces.

-Sí, ya sé, yo también hago boludeces. Bah, hice.

-...

-Algunas veces tuve ganas. Muchas veces se me presentaron oportunidades de estar con otro. Con otros.

-¿Qué decís? ¿Estando conmigo?

-Sí.

-¿Y por qué no me dijiste? ¿¡Vos sos loca!? ¡¿Vos me metiste los cuernos, Juana?!

-No, nunca. Sólo se me presentaron oportunidades. Pero te respeté. Y aunque a veces tuve ganas, siempre te preferí a vos.

 

Terminaron contándose fantasías del uno con el otro y con terceros.

 

Ya pasaron dos semanas del descubrimiento en hot... mail. Juana no va a echar a Diego del monoambiente, pero va a estar atenta. Y abierta. Porque ahora ella no es la única que activa hormonas con otros. Ahora son dos.

 

 

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