POEMAS

Javier Aguirre Ortiz

jaguirreo@caramail.com

BUEN TIEMPO

Quién puede tener prisa para llegar al sol.

Ícaro me mostró

cuánto pesa un naufragio,

un hundimiento, un

negror de amor quemado.

                                       Para llegar al sol

quién puede tener prisa.

                                     Vamos andando.

                                                               Hoy

hace buen tiempo.

                              Hoy

                                      hace

                                                sol.

 

 

PAZ

 

"Es ahora la hora"

 José Ángel Valente

 

Mañana empieza hoy, ahora es la hora

de andar como si fuera ya el futuro,

de empezar a empezar, sin más seguro

que la inestable tabla del ahora.

 

No puede ser la sombra vencedora

del porvenir que viene en aire puro,

no ha de morir el alba contra un muro

de indiferente carne abrumadora.

 

Hoy hace sol, buen tiempo, la mañana

ilumina la esquina más oscura

del corazón. Será que está empezando

 

el día, que la música cercana

nos baña, tan presente, de esta dura

luz que nos hace, vamos, libres, cuando...

 

 

ESPALDA

 

  "por qué te olvidas, y por qué te alejas

   del instante que hiere con su lanza.”                                                           

                                         José Hierro. 

Por qué vuelves la espalda a la alegría.

Por qué cierras los ojos al instante.

Por qué ciego, sin vida, siempre errante

vas por la noche cuando ya es el día.

 

Lucha de luz es lo que te decía

y es lo que tú cantabas, anhelante,

cuando aún caminabas adelante,

y una sombra pequeña te seguía.

 

Por qué te empeñas en cerrar la vida.

Por qué dejas que la costumbre pueda

contigo y con tu sangre ahora dormida.

 

Por qué te pierdes, ruedas con la rueda

sin ver y sin salir por la salida

                             que por tus ojos por amor te queda...

 

 

EXILIO

            “es tan corto el amor, y es tan largo el olvido...”

                                                           Pablo Neruda

 

Como mi tierra denso fui, violento

como la picadura de lo umbrío,

y húmeda y viva como el llanto mío

es mi hierba lejana, aquel tormento.

 

Dolorido emigré, y hasta el momento

más vivo en el exilio, ocre de frío.

Soy exilio, monótono y baldío,

sueño con empaparme en lluvia y viento.

 

Tuve a la vista disparada guerra

de balazos hundiéndose en mi tierra,

involuntario girasol herido

 

por munición que atravesaba el centro,

tostado ardor de puntas hacia adentro,

                            fui breve eternidad, soy ancho olvido.

 

 

CANSANCIO

Causa cansancio el ademán cansado

que tiene mi alma cuando el aire pesa,

que me cansa esta mano, y esta mesa,

y esta voz, y este grito tan cansado.

 

Causa cansancio no beber el lado

del otro lado de la letra impresa,

causa cansancio el alma que está presa

tras la camisa, el corazón helado.

 

Causa cansancio el río sin el puerto,

el enterrado amor causa cansancio,

y me cansa ser tierra y no ser huerto.

 

Causa cansancio, sí, causa cansancio

la vida, cuando pesa como un muerto,

sí, como un cuerpo muerto de cansancio.

 

 

FUNCIÓN DE LA POESÍA

(Botón de eternidad)

 La poesía debe servir para nacer

hoja nueva en otoño

astro raro en el mundo

estrella que  tocada con la mano

ilumina la vida

luz encendida en medio de la noche

para escribir sus líneas

que no acaban

 

 

 DESTINO DE ENEAS

 Todo a cuanto me acerco se esfuma como nube,

 Todo, aunque pareciera tener cuerpo,

 Se pierde entre las sombras de la noche

 Donde todo es igual, sordo y difuso.

 

 A punto está una rosa de serme material

 Cuando desaparece, sin dejarme más señas

 Que mis manos vacías. 

 

 ¿Qué infierno es éste, en donde no te toco,

 donde perdiste toda realidad?

 Las plantas, y las fuentes, y los pájaros,

 ¿dónde fueron, dónde quedó su tiempo?

 

 La queja es el refugio

 último que me queda, sin mi voz

 pronunciada, perdida ya la vida.

 Tal vez al alba, aún...

 

 

ELLA

Me encuentro con tu lengua,

quiere hablar,

siempre quiere hablar ella,

ella,

tu lengua;

¡ya sé, ya,

que eres tú,

tu lengua!

 

Y vas rápida, rápida, con tus botas

de siete lenguas.

 

 

Volver al Sumario

Volver al Distribuidor

Volver a Inicio