Escrituras visuales minoritarias
Aproximaciones de género a la obra visual de
Nieves Salvador
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Laura López Fernández
University of Canterbury
Christchurch, New Zealand
Laura.lopez-fernandez@canterbury.ac.nz
Intentar definir pluriversos como la realidad y el arte en términos críticos es siempre una empresa de carácter subjetivo y utópico. Las posibles interpretaciones que surjan de tal ejercicio son el resultado de los hábitos de pensamiento del intérprete y como tal nos hallamos inevitablemente ante un modo operativo no neutral y limitado. En cualquier caso, el proceso de acercamiento y análisis a una obra de arte hace necesario trabajar con ciertas coordenadas y sistemas de valores generados, en gran medida, por su contexto y la industria de producción cultural. El público, al igual que la obra de arte, está inmerso en un sistema ideológico que condiciona un determinado juicio y placer estético pero si aceptamos con J. L. Castillejo la premisa de que la realidad es más que la suma total de nuestras interpretaciones y prejuicios, la obra de arte también debe ser un producto que supera o se escapa a la suma total de nuestros acercamientos.
Como sabemos el uso del lenguaje no es nunca un proceso neutral ni objetivo sino que lleva consigo las cargas contextuales básicas de su autor o autora y de su época. En el mensaje, intencional e involuntario, que surge de la obra tenemos que incluir elementos que en un principio parecen marginales a la producción de significación como el tipo de formato que soporta la obra, sus dimensiones, tamaño, color, peso, etc. No es lo mismo publicar poesía en formato físico de papel, en pantalla virtual o a través de instalaciones y video-performances. Estas diferencias en el medio de emisión implican una diferencia semántica. El medio en el que se produzca y presente una obra está cargado políticamente, como dice el crítico y artista mexicano Guillermo Gómez Peña con respecto al Internet. 1 A este respecto también hay que retomar ideas centrales sobre ‘información y mediación’ estudiadas por teóricos ya clásicos como Marshall McLuhan (1987) quien afirmaba que el medio es el mensaje y quien hablaba de “remediation” en la que el contenido de un medio se puede convertir en otro medio (Bolter y Grusin 2000). Estos elementos que en la escritura discursiva solían ser marginales se convierten en la poesía visual en semas. Todo es potencialmente significativo desde distintos ángulos, marco, medio, objetos, técnicas usadas, colores, etc.
Trabajar con escrituras visuales, esculturas verbales, signos de variada naturaleza, es estimular el diálogo con el receptor entre diversos modos expresivos y sensibilidades artísticas. Un desafío común con el que trabajan los poetas visuales es manipular técnicas vanguardistas tradicionales como el collage, el fotomontaje, la foto-impresión, etc., para convertirlas en elementos poéticos de una escritura personal material y en muchos casos de carácter cinético. En este contexto una actitud doble que los poetas visuales privilegian es tratar los objetos como unidades de producción de significación y las unidades mínimas de lenguaje verbal como objetos, es decir, reifican o materializan el lenguaje verbal para significar de manera diferente. También la identidad y el género biológico del autor o autora es otra dimensión semántica que confiere a la obra un poder de intervención radical, en el sentido etimológico del término de ir a las raíces.
En este sentido conviene mencionar que si bien la poesía visual y experimental, ha sido una práctica predominantemente masculina ligada a fenómenos de vanguardia, en los últimos años en el ámbito español hay que destacar una mayor presencia artística de mujeres, como, por ejemplo, Angela Serna, Carmen Peralto, Julia Otxoa, Yolanda Pérez Herreras, Pilar Fernández, Pura Martínez, María Gallach, Clara Janés, Almudena Mora y Nieves Salvador.
Al igual que en la poesía discursiva escrita por mujeres, la poesía visual contemporánea femenina proyecta una preocupación por temáticas comunes a ambos sexos y también específicas a su propio género. Una constante en la escritura de mujeres ha sido la exploración de su identidad diferencial. Se ha hablado ciertamente de una ansiedad de género proyectada en el énfasis por la fragmentación corporal. Una pionera en el mundo de la pintura en este aspecto ha sido Frida Kahlo. Algunos temas recurrentes e interrelacionados trabajados por las poetas visuales son la creatividad y la intimidad corporal, la sexualidad femenina, la reproducción biológica, la casa y la economía doméstica. El tratamiento de estos temas por parte de las autoras está desmitificado pero no es algo trivial. En la mayor parte de estas obras el tema de la sexualidad y la naturaleza reproductora tiene carácter ontológico pero también histórico y meramente referencial.
Este artículo de carácter introductorio se centra en la obra poético-visual de Nieves Salvador desde la óptica de la identidad de género. Es pertinente hacer este tipo de estudio debido a un empleo recurrente, por parte de la autora, de motivos que apuntan al tema de la creación artística y biológica. Estos motivos son lo suficientemente importantes como para hablar de una unidad de estilo que tiene íntima conexión con lo femenino, corporal y artístico, y el tema del deseo en un espacio urbano cargado de clichés cotidianos que evocan un mundo hiperreal y de simulacro.2
La obra poético-visual de Nieves Salvador (Castelló, España 1959) tiene una trayectoria significativa a pesar de la atención marginal de la crítica con respecto a su poesía o a la poesía visual de mujeres en general. La autora ha publicado más de seis libros de poesía discursiva, que incluyen Anillos de voz (1993) y Donde nacen las palabras (2003). Su obra también aparece en muchas antologías. Pero además Nieves Salvador es co-fundadora del Grupo Poético Espinela de Benicarló (1984) y ha ganado varios premios de poesía como el Premio Ciudad de Segorbe" en 1994 y el premio “C. A y C de Seguros de Valencia" de poesía en 1999.
Por otra parte, como poeta visual su obra se incluye en las más importantes antologías que se han publicado en España en los últimos años como Poesía visual española ante el nuevo Milenio de José Carlos Beltrán, Vitoria (1999) o Phayum,poéticas visuales, Castellón (2000). Hay que destacar también su participación en revistas especializadas como Texturas. Nuevas dimensiones del texto y de la imagen, Phayum, en carpetas colectivas, en convocatorias de Mail-Art en España, Italia, Portugal y en exposiciones colectivas de poesía visual.
Un acercamiento a su poesía visual nos permite hablar de lo femenino como centro de confluencia de sentidos en torno al cual la poeta configura su propia escritura. En sus composiciones Nieves Salvador desmitifica clichés cotidianos sobre lo femenino. En muchos de sus poemas trabaja con espacios cargados de simbolización política nacional y religiosa mientras que en otros poemas acude a una temática universal. Un ejemplo es “Fantasía española” (1999) compuesto por tres objetos sumamente significativos; una mantilla, una manzana roja y un libro. En sus composiciones la autora suele recurrir a una tríada de objetos referenciales.
Nieves Salvador. TO2 o casi TO2 “Fantasía española”
En este poema los tres elementos empleados evocan y resaltan el ideal de mujer católica fomentado por la erótica franquista desde los años cuarenta hasta los años setenta. El tema del deseo de lo prohibido está simbolizado en la manzana roja (que evoca el ámbito católico y bíblico de Eva y el fruto prohibido, y la representación de la mujer como un ser culpable, objeto de placer y perdición). El libro abierto del poema puede ser la Biblia y la mantilla española hace referencia al folclore típico de la época franquista. Este poema visual enfatiza la visión idealizada de la mujer que se construyó desde una óptica masculina y que impuso como ideal una mujer fiel al hombre, una mujer de la casa, de la iglesia, femenina y sumisa, una mujer sin voz que obedecía el discurso político religioso dominante. Como se sabe la erótica franquista explotó un fetichismo febril en torno a la identidad y al rol que debía desempeñar la mujer en la sociedad reduciéndola al ámbito de la intimidad, de la casa y de sus hijos. El libro (Biblia) en este poema simboliza la ley sagrada e incuestionable, una ley fálica y alienante. El título “Fantasía española” lleva el nombre de la famosa composición del mexicano Agustín Lara quien a su vez recrea una visión folklórica, romántica sobre el tema de España. Con este subtexto sonoro la poeta refuerza la misma lectura pero desde el género musical.
En otros poemas la autora emplea fetiches típicos de la cultura popular. Cabe destacar a este respecto el poema “Suerte suicida” (2000). Es un collage compuesto por otra tríada de objetos simbólicos; una herradura, un tacón-pistola y un disparo de letras en vertical que son la palabra “suerte”. Se alude respectivamente a la superstición, a la imagen de mujer objeto y con la pistola y el lenguaje “balístico” entramos en contacto con la denuncia de un lenguaje de propaganda alienante que presenta a la mujer como objeto de consumo. Nuevamente los objetos empleados denuncian la caída de todo un sistema de valores, en este caso procedentes de la cultura popular y del ámbito comercial. Es un poema bastante original que engaña por lo sencillo de sus objetos pero que sugiere varias lecturas críticas con respecto al tema de la construcción de la identidad “femenina” y el poder.
Nieves Salvador. TO2 o casi TO2 “Suerte suicida”
En otras ocasiones la autora trabaja de manera explícita el mito fundacional y bíblico de los orígenes. Adán y Eva simbolizan entre otras cosas el inicio del lenguaje, son los padres del verbo, los primeros seres encarnando la posibilidad de expresión entre la materia y la idea. El lenguaje no existiría previo a la materia carnal. Esta dualidad es una constante en la obra visual de Nieves Salvador. Veamos el poema “Adán… Eva” :
Nieves Salvador. El color en la poesía visual “Adán...Eva” (pg. 135)
El título y el contenido visual ofrecen una clave de interpretación del poema. Se trata de un poema visual doblemente crítico. La autora reescribe el mito bíblico del pecado original. Si bien aquí no hay manzanas ni árboles prohibidos hay en cambio un río de sangre bajando de la letra E (Eva) que permea la tierra, simbolizando el pecado original de ser hembra. En el poema destaca la polisemia de las dos letras mayúsculas: A (Adán) y E (Eva). El contraste de tamaño entre ambas letras y su posición en el espacio semantiza el tema de género sexual. Irónicamente, la A de Adán es más pequeña que la E de Eva y está colocada horizontalmente como en actitud de sumisión y en el subsuelo está simbolizada por una línea blanca horizontal denotando pureza, frente a la E de Eva mucho más grande y en posición vertical y, por lo tanto, visualmente dominante produciendo un río rojo. Las dos letras están conectadas entre sí por los vértices inferiores que al hacer contacto evocan el tema de la sexualidad y con ello el tema del pecado original. Desde esta óptica la A en posición horizontal se puede calificar de activa y la E de pasiva y sufridora enfatizando visualmente el ciclo menstrual de la mujer al “sangrar”.
El orden sintáctico del título es significativo “Adán…Eva”. No en vano comienza con la palabra Adán siguiendo el modelo patriarcal de creación de la mujer a imagen del hombre. Igualmente importantes son los puntos suspensivos que indican una elipsis de acontecimientos que podemos seguir en la Biblia y finalmente aparece como resultado Eva. Pero visualmente el orden secuencial de las letras en el poema se invierte si prestamos atención al tamaño y a la posición de la “E” y la “A”. Desde esta perspectiva visual el iniciador del río de sangre en E (Eva) es Adán, el hombre, el aspecto fálico, el logos y también el inicio del lenguaje. Hay que destacar también el contraste cromático estructural y espacial básico en dos zonas horizontales, el subsuelo y la superficie. La imagen de “Eva” “sangrando” o “sufriendo” ofrece una visión alternativa la Eva bíblica del Antiguo Testamento. En este poema significativamente plástico y cromático la poeta nos remite a un espacio primigenio, en términos de cuerpo y biología que son anteriores al lenguaje discursivo y fundacional de la Biblia.
El tema de la creación ya sea biológica o artística se proyecta en la escritura de Nieves Salvador a través de una cartografía corporal de tipo referencial pero también crítico. En su escritura visual, lo corporal, reprimido o no, se convierte en otra escritura que provoca una reflexión en torno al lenguaje y lo femenino. En sus obras los objetos adquieren la capacidad de transmutación al igual que el lenguaje verbal.
En la antología Poesía visual valenciana (2001) se incluyen tres poemas vinculados al tema del nacimiento y la creación. En el primer poema sin título (pg. 115) se presenta un cuerpo femenino desnudo con un grifo entre las piernas vertiendo letras.
Nieves Salvador. S/t
Como en otros poemas, la autora emplea tres objetos clave; un cuerpo, un grifo y letras sugiriendo el dolor del parto, físico, carnal y poético. En esta imagen las letras y el lenguaje se presenta como un producto corporal y no cultural. Esta actitud responde a una nueva sensibilidad ante el cuerpo y los objetos sugiriendo que estos producen su propio lenguaje. Una característica de la poesía visual de Nieves Salvador es la adopción de una estética de distanciamiento que exige una participación mayor por parte del público receptor.
El segundo poema de dicha antología “Nido de diálogos” (pg. 116) sugiere un continuum entre cuerpo y lenguaje, entre huevo y escritura.
Nieves Salvador. “Nido de diálogos”
Este es un collage dedicado al tema de la pre-creación. Se trata de un nido con dos huevos cubiertos de letras en papel de periódico. La autora privilegia un espacio en el que se amalgama cuerpo y escritura pero también tiempo y espacio, gestación y códigos de información. Se sugiere una continuidad corporal de lo creativo sin entrar en discusiones dialógicas. Esta línea de creación llevada a sus extremos produce obras como las del poeta y crítico brasileño Eduardo Kac y su poesía transgénica. En esta escritura codificada del cuerpo, Kac manipula animales como parte de su proceso creador descartando límites éticos y estéticos fronteras entre literatura y biología. Nieves Salvador no llega a esos límites pero sí se ocupa de inventar un espacio corporal como marca de género, y de creación.
En la antología mencionada anteriormente se incluye un tercer poema sin título que también versa sobre lo femenino pero en este caso con relación al espacio de la casa, las plantas y la comida, área comúnmente dedicada a la mujer. Se trata de un collage que presenta un tiesto y tres cubiertos con nombres identificatorios en inglés: spoon, fork, knife. La inclusión del inglés en el ámbito español o catalán tiene cierto valor enajenante y apoya la imagen de una época en la que las opciones de la mujer en el ámbito profesional eran muy reducidas quedándole el ámbito de la casa como único destino:
Otro poema directamente relacionado que trata la temática de lo femenino es el poema siguiente:
Nieves Salvador El color en la poesía visual s/t (pg. 137).
El poema consta de una sola letra mayúscula “A” hecha de trocitos de madera y en la parte inferior incluye unos fósforos. Es pertinente notar el aspecto cromático del fondo del poema. El fondo de papel, su color amarillento, los fósforos y la madera que compone la letra A favorece la idea de la combustión, de la letra “A”, del lenguaje y por extensión del logocentrismo. Este poema privilegia la capacidad de mutación de sus elementos. Al quemarse la A, se quema simbólicamente el logos, y la diferencia entre materia e idea. Se activa una estética participatoria. En este poema se sugiere el tema de la imposibilidad de creación sin previa fusión de materia y espíritu, de cuerpo y logos. En este proceso se parte del principio de una destrucción previa a la construcción de algo nuevo. Esta es una temática universal tratada por muchos artistas y un ejemplo en España fue Joan Miró dedicado en una época de su vida a quemar sus propios lienzos para que la creación tuviera un sentido total.
Como sabemos el fuego es un elemento alquímico y simbólico de purificación, capaz de transmutar materias y energías. El motivo del fuego es un elemento poético por excelencia, una especie de comodín para hablar de nuevas actitudes ante el arte y el mundo o la materia. También sirve para meditar sobre estados interiores de conciencia. Es en este sentido parte necesaria, activa y universal en el proceso de creación poemática.
En general, se puede decir que la escritura visual de Nieves Salvador gira en torno al tema de la creación, entendido el término de manera amplia. En este sentido se incluye la construcción de lo femenino pero desmitificando el aparato socio-discursivo que ha formado una identidad de la mujer a expensas de ella. La poeta rescata un imaginario masculino y sus fracasos en la manifestación de una voz e identidad femenina propias. Ese es un espacio negativo, de ausencias y estereotipos. Así representa a la mujer a través de la sinécdoque –manzana, tacón, Eva, etc- . Algunos poemas que responden a esa problemática son “Suerte suicida” y “Fantasía española”.
En la obra de Nieves Salvador se retoma el viejo tema platónico del arte como copia del modelo natural pero en virtud de una perspectiva diferente. La creación del lenguaje no es posible sin su contraparte corporal. El cuerpo se convierte en su obra en un centro privilegiado de significación en torno al cual se elabora una poética crítica de la España franquista y católica. Para ello la autora ha creado a una escritura espacial, corporal, híbrida, plástica y metapoética.
Otro aspecto que otorga intensidad y reflexión a su obra visual es el poder de quemar lo ya inscrito, el logos, la palabra, cediendo al cuerpo su capacidad innata de pro-creación en el se que incluye el lenguaje verbal. La poeta busca y reclama una estética de transmutación en el cuerpo femenino. Un lenguaje radical o que vaya a las raíces del ser biológico. Y desde esta capacidad intrínseca al espacio femenino es que habla la obra de Nieves Salvador superando diferencias discursivas e histórico patriarcales.
Notas
1 Los estudios interculturales de Guillermo Gómez Peña hablan del carácter no democrático de los medios virtuales. Véase, por ejemplo, Dangerous Border Crossers (2000).
2
El hiperrealismo y el
simulacro son dos términos clásicos que se han usado para definir la cuestión
tan polémica de la posmodernidad. Algunos de los críticos pioneros en activar
estos debates culturales en torno a la condición posmoderna han sido Melanie
Klein, Frederic Jameson, George Baudrillard, George Baataille, Jean-Francois
Lyotard y desde una perspectiva feminista debemos nombrar por ejemplo a la
crítica Julia Kristeva y a Patricia Waugh.
Bibliografía
Beltrán, José Carlos, ed. El color en la poesía visual. Antología consultada. Colección Icono, Madrid: Información y producciones s.l., 2001.
Beltrán, J.C. y Ferrando B, eds. Poesía visual valenciana. Colección Proís. Valencia: Rialla editores, 2001.
Bolter, J.D. y Grusin. R. Remediation: Understanding New Media. 3 edic. Cambridge, Mass: MIT Press, 2000.
Gómez-Peña, Guillermo. <http://www.telefonica.es/fat/egomez.html> (descargado el 23-7-04)
_________________ . Dangerous Border Crossers. London and New York: Routledge, 2000.
McLuhan, Marshall. Understanding Media: The Extensions of Man. London: Art Paperbacks, 1987 [1964].
“Nieves Salvador” TO2 o casi TO2 Muestra incompleta de poesía visual experimental y m@il -art en España. 1 edic. CD-ROM. España: Cer0 a la izquierda, 2004.